Son un conjunto principios que los agricultores deben aplicar sobre los cultivos y su producción industrial, corroborando a la sostenibilidad ambiental, económica y social.
El objetivo de estas prácticas es lograr que los cultivos y los alimentos sean de calidad en función de la salud humana y ambiental. De igual forma, proteger la salud de los propios agricultores, el bienestar social y la conservación del medio ambiente.
Dentro de los múltiples beneficios gracias a las buenas prácticas agrícolas se encuentran:
Definitivamente, las buenas prácticas agrícolas son aquellas actividades responsables que los agricultores aplican para el mejoramiento de los cultivos, obtener productos saludables y cuidar el ambiente. Los agricultores deben mantener estas actividades diariamente ya que son los responsables de mejorar y cuidar los cultivos de manera de saludable. Viendo esto, comprendemos la importancia de ejercer estas prácticas para lograr un equilibrio ecológico y una calidad de vida adecuada.
El riego es aquel método que consiste en la participación del recurso agua a través del suelo para satisfacer las necesidades hídricas de los cultivos en la agricultura y la jardinería.
Las principales fuentes del agua para este sistema son: lagos, ríos, embalses o balsas y aguas naturales como pozos por acuíferos subterráneos y aguas residuales. Tener la práctica del riego como parte del trabajo de los cultivos ayuda al aumento de la producción de estos, formación de biomasa vegetal y es de gran importancia para la seguridad alimentaria. El principal método de riego en el campo es el riego por inundación o surco y los sistemas de riego por aspersión o el de goteo por medio de los cuales obtienen un manejo eficiente del uso del agua y sus inconvenientes con el regadío sobre los cultivos.
El objetivo de estos sistemas de regadío es la abstracción artificial de agua del entorno natural y llevarla por la distribución de proyecto para su aplicación en el campo y promover la producción agrícola.
La fertilidad del suelo la capacidad y productividad del suelo para el sostenimiento del crecimiento de las plantas, brindar hábitat y proporcionar el rendimiento sostenido y de alta calidad de los cultivos.
Existen rasgos donde se pueden visualizar un suelo productivo, dentro de los cuales podemos mencionar:
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